Nunca los centímetros se te habían hecho tan lejanos, ni los segundo tan largos.
Ni siquiera te habías preocupado por lo que un mechón de pelo puede llegar a molestar en esos momentos. En el preciso instante en el que vuestros labios están a punto de besarse. Ese maldito momento en el que vas a perderte, con mucho gusto, en ese paraíso ajeno que encarna su boca. Te preguntarán por qué sonríes aun y cuando tienes los ojos vidriosos.
Querrán saber qué cruza por tu mente cuando al pasear miras al cielo. Dudarán sobre la causa de tu silencio cuando todo el mundo habla. Debatirán acerca de qué es aquello que te ocupa cuando reposas la cabeza sobre tus manos. Podrías resolver sus dudas poniéndole nombre y apellidos, pero no, ¿para qué? No hace falta que cuentes nada, es tuyo, tu secreto, tu recuerdo...cuídalo, porque de todas maneras ellos no entenderán nada. |
Es un secretoPodríamos decir que tengo más sonrisas que sueños, y soy una soñadora empedernida, así que imagina. Archivos |