Últimamente solo tengo pesadillas. Incluso cuando duermo.
Nunca los centímetros se te habían hecho tan lejanos, ni los segundo tan largos.
Ni siquiera te habías preocupado por lo que un mechón de pelo puede llegar a molestar en esos momentos. En el preciso instante en el que vuestros labios están a punto de besarse. Ese maldito momento en el que vas a perderte, con mucho gusto, en ese paraíso ajeno que encarna su boca. Te preguntarán por qué sonríes aun y cuando tienes los ojos vidriosos.
Querrán saber qué cruza por tu mente cuando al pasear miras al cielo. Dudarán sobre la causa de tu silencio cuando todo el mundo habla. Debatirán acerca de qué es aquello que te ocupa cuando reposas la cabeza sobre tus manos. Podrías resolver sus dudas poniéndole nombre y apellidos, pero no, ¿para qué? No hace falta que cuentes nada, es tuyo, tu secreto, tu recuerdo...cuídalo, porque de todas maneras ellos no entenderán nada. Quién sabe, quizás en un futuro tú y yo durmamos, comamos, bailemos, hablemos, hagamos el amor, sonriamos, paseemos, suspiremos, lloremos, nos abracemos, nos besemos...con otras personas y ya no nos duela.
Los besos son como tatuajes y lo jodido es que muchos son imposibles de borrar.
Todo lo que podemos hacer es poner otro (u otros) encima y esperar que no quede del todo mal. Descubrí que la tierra no da vueltas. Ella gira.
Los que le damos vueltas (y a todo) somos nosotros. Que él no es el único que tiene "síes pero nos". Que yo también los tengo.
Que sí, te quiero, pero no, no voy a estar de por vida esperando, esperándote. |
Es un secretoPodríamos decir que tengo más sonrisas que sueños, y soy una soñadora empedernida, así que imagina. Archivos |